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CICATRICES ABDOMINALES Y DEL PERINÉ

Cicatriz abdominal y perine

¿Qué ocurre en la cicatrización?

Una cascada perfecta y coordinada de procesos que resultan en la reconstitución del tejido.
Se divide en cuatro fases: coagulación, inflamación, proliferación y maduración.
La cicatriz de la herida es el resultado de la interacción entre la formación, degradación y maduración del colágeno.

No obstante, todas las cicatrices no presentan el mismo resultado (atróficas, hipertróficas, quelosadas y normal) y, por ello, hemos de tener en cuenta cómo, cuándo y dónde tratarlo. Seguidamente, hablaremos de la cicatriz abdominal y perineal, junto con sus posibles y diversas complicaciones. La cicatriz perineal patológica es la principal causa de dolor durante la penetración a nivel superficial y profunda, así como de dolor espontáneo.

En fases iniciales puede aparecer inflamación, eritema, hematoma, cordón fibrótico en cicatriz, granulomas y falta de deslizamiento entre los diferentes planos de sutura. En cicatriz abdominal disfuncional, los síntomas son más evidentes, con una restricción de la pared abdominal, pudiendo producir urgencias miccionales, por dificultad para el llenado de la vejiga, y contracciones no controladas de su músculo. En el caso de sutura a nivel uterino, puede producir dolor durante la menstruación y mayor dolor visceral en la fase ovulatoria.

El signo de cicatriz adherida se hace visible con un surco marcado en la región intervenida. ¿Sabías que, si la cicatriz se adhiere y pega, puede producir atrapamiento de fibras nerviosas provocando así, hipotonía perineal, pérdida de sensibilidad, entre otras y, por ello, la ausencia de dolor puede ser un criterio de lesión nerviosa?

Fases de la cicatrización

a curación de una herida es un proceso biológico complejo y perfectamente organizado que tiene como objetivo restaurar la integridad de los tejidos dañados. Este proceso se divide en cuatro fases principales: coagulación, inflamación, proliferación y maduración, cada una con un papel fundamental y perfectamente sincronizado.

1. Coagulación

Es la primera respuesta inmediata tras la lesión. Su principal función es detener la hemorragia mediante la formación de un coágulo de fibrina, que actúa como una barrera temporal protegiendo la herida y evitando la entrada de microorganismos. Esta fase activa también la liberación de señales químicas que inician la siguiente etapa.

2. Inflamación

En esta fase, el organismo envía células especializadas como neutrófilos y macrófagos a la zona afectada. Su función es eliminar bacterias, restos celulares y preparar el entorno para la regeneración del tejido. Aunque la inflamación puede parecer negativa, es esencial para una curación eficaz.

3. Proliferación

Durante esta etapa, se inicia la formación de nuevo tejido. Las células llamadas fibroblastos producen colágeno y otras sustancias que reconstruyen la matriz extracelular, mientras que los queratinocitos ayudan a regenerar la epidermis. Además, se forman nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) que nutren la zona en recuperación.

4. Maduración (o remodelación)

Es la fase final y puede prolongarse durante semanas o meses. En esta etapa, el colágeno depositado se reorganiza y fortalece, mejorando la resistencia y elasticidad del tejido nuevo. La herida se cierra completamente y la piel recupera, en la medida de lo posible, sus propiedades originales.

Otros síntomas posibles de una cicatriz alterada pueden ser:

– Dolor/molestias tipo hormigueo
– Acorchamiento
– Pinchazos
– Malestar abdominal
– Dolor lumbar
– Problemas intestinales
– Sensibilidad alterada
– Tensión en la zona de la cicatriz y a distancia

La Fisioterapia puede ofrecer un gran abanico de técnicas:
● Terapia manual
● Nutrición
● Complementos vitamínicos, cuidado con apósitos y geles específicos.
● Radiofrecuencia
● Fotobiomodulación
● Ventosas

● Punción seca
● Drenaje linfático manual
● Estiramientos, inducción miofascial y ejercicios específicos
● Hábitos comportamentales
● Estímulos sensitivos

cicatrices abdominales

Preguntas frecuentes sobre las cicatrices en abdominales

¿Cuáles son las cicatrices más comunes en el abdomen?

Las cicatrices más comunes en el abdomen suelen ser consecuencia de intervenciones quirúrgicas, como la cesárea, que deja una línea horizontal baja sobre el pubis, o la laparotomía media, con una cicatriz vertical en la línea media del abdomen. También son frecuentes las pequeñas cicatrices redondeadas de la laparoscopia, así como las derivadas de apendicectomías, que antiguamente dejaban incisiones abiertas y actualmente suelen realizarse por vía laparoscópica. Las cirugías estéticas como la liposucción o la abdominoplastia también dejan cicatrices visibles, especialmente en la parte baja del abdomen.

Además, pueden aparecer cicatrices umbilicales por cirugías, piercings o infecciones, así como marcas causadas por traumatismos, quemaduras o enfermedades dermatológicas como la hidradenitis supurativa. El aspecto de estas cicatrices puede variar según el tipo de procedimiento, el cuidado posterior o la predisposición individual a desarrollar queloides o cicatrices hipertróficas. Por ello, es importante cuidar la piel adecuadamente y seguir las recomendaciones médicas tras cualquier intervención en esta zona.

¿Cuánto tiempo tarda en sanar una cicatriz abdominal?

El proceso de cicatrización de una herida abdominal, ya sea por cirugía o traumatismo, puede variar según varios factores, como el tipo de intervención, la profundidad de la herida, el estado de salud de la persona o el cuidado postoperatorio. De manera general, una cicatriz abdominal atraviesa varias fases y puede considerarse clínicamente cerrada en unas 2 a 3 semanas, momento en el que la piel ha recuperado su integridad superficial.

Sin embargo, la maduración completa de la cicatriz puede prolongarse entre 6 meses y hasta 1 año, tiempo en el que la piel va ganando resistencia, la inflamación va disminuyendo y la cicatriz puede ir aclarando y suavizándose. Durante este periodo es fundamental proteger la zona del sol, evitar esfuerzos excesivos que puedan afectar la zona abdominal, y seguir las pautas de cuidado recomendadas para favorecer una correcta evolución estética y funcional de la cicatriz.

¿Cómo se ve una cicatriz completamente curada?

Una cicatriz madura y completamente curada presenta una apariencia mucho más discreta y estable en comparación con sus primeras fases. Suele adquirir un color similar al tono natural de la piel, aunque en algunos casos puede quedar ligeramente más clara (hipopigmentada) o, en pieles más oscuras, algo más intensa (hiperpigmentada). Además, la textura de la piel sobre la cicatriz se vuelve más lisa, sin signos de inflamación, enrojecimiento ni dureza.

En una cicatriz bien curada, no debería haber molestias como picor, dolor o tirantez, y la piel recupera una cierta elasticidad, aunque es importante saber que nunca tendrá exactamente la misma resistencia que la piel original. Si el proceso ha sido óptimo y no ha habido complicaciones, la cicatriz se verá plana, blanda, flexible y estable en el tiempo, sin cambios de color ni grosor. No obstante, algunas personas con tendencia a cicatrización anómala pueden desarrollar cicatrices hipertróficas o queloides, que sí permanecen elevadas o gruesas con el tiempo.

¿Es bueno masajear una cicatriz?

Sí, masajear una cicatriz, especialmente en la fase de maduración, puede ser muy beneficioso siempre que la herida esté completamente cerrada y sin signos de infección. El masaje de la cicatriz ayuda a mejorar la elasticidad de la piel, reducir la fibrosis y evitar adherencias, que son uniones anómalas de la cicatriz con capas más profundas del tejido. Además, favorece una mejor distribución del colágeno, ayudando a que la cicatriz sea más plana, flexible y estética.

Los masajes deben realizarse de manera suave pero firme, con movimientos circulares, de fricción y estiramiento, utilizando cremas hidratantes o productos específicos para cicatrices recomendados por profesionales. Es importante empezar solo cuando la herida esté cicatrizada superficialmente (normalmente a partir de la tercera o cuarta semana) y siempre siguiendo las indicaciones médicas o de fisioterapia especializada, especialmente en cicatrices quirúrgicas o complejas. Realizados de forma correcta y constante, los masajes pueden ser una parte clave en la recuperación estética y funcional de la piel.