DEPRESIÓN POSTPARTO

Cuando una mujer se convierte en madre se enfrenta a un amplio abanico de emociones. Estas emociones pueden ser desde agradables, como la felicidad o el entusiasmo, hasta desagradables, como el miedo y la ansiedad derivados de la adaptación a esta nueva etapa.
La llegada de un bebé supone para la mujer interiorizar su nuevo rol como madre, esto conlleva el transitar por grandes cambios en su vida.
Tras el embarazo y el parto el cuerpo cambia, las relaciones laborales y sociales también se ven alteradas, el tiempo para una misma se ve reducido, el sueño deja de ser lo que era, y surgen nuevas preocupaciones sobre el cuidado del bebé o incluso su capacidad para ser una buena madre. Todo esto, junto con los cambios hormonales, son solo unos cuantos ejemplos de los factores que pueden contribuir al desarrollo de unos síntomas llamados “melancolía post-parto”. Esta condición entra dentro de los cambios emocionales esperados derivados del embarazo y post-parto y conlleva experimentar tristeza, ansiedad, llanto, sentirse abrumada o irritada. Los síntomas suelen durar desde los dos o tres primeros días después del parto hasta dos semanas posteriores.
Sin embargo, cuando estos síntomas persisten y se agravan podríamos estar hablando de un diagnóstico de depresión post-parto. En este caso, la nueva madre puede experimentar graves cambios de humor, llanto constante, la dificultad para establecer el vínculo con el nuevo miembro de la familia, no sentir conexión con familiares y amigos, falta de apetito o exceso del mismo, irritabilidad, preocupación por no ser una buena madre, o fatiga junto a un patrón de sueño irregular. Las emociones que aparecen con mayor intensidad son la ansiedad, el pánico, el sentimiento de inutilidad, la vergüenza y la culpa. En los casos más graves se puede incluso llegar a tener pensamientos de muerte o suicidio. Sufrir depresión post-parto no es un indicador de debilidad ni define la capacidad para ser madre, a veces se trata de una dificultad derivada del parto que puede incluso aparecer meses después de dar a luz.
Es por ello, que la administración de un tratamiento adecuado es esencial para gestionar estos síntomas y superar la depresión post-parto para que no derive en un trastorno emocional persistente y mayor. La terapia psicológica puede ayudar a la nueva madre a aprender estrategias de procesamiento emocional que le permitan regular las nuevas e intensas emociones, técnicas de relajación para gestionar los efectos físicos del estrés, reestructurar pensamientos negativos sobre sí misma y su rol como madre, aprender a defender sus deseos y opiniones con el entrenamiento en asertividad, focalizar parte de sus actividades en el autocuidado y permitirse tiempo para sí misma.
Ana López Alonso
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-35894
Experta en depresión y trastornos de ansiedad.
Especializada en trastornos del comportamiento alimenticio.
Preguntas frecuentes sobre depresión posparto
¿Cómo saber si es depresión posparto?
La depresión posparto es un trastorno emocional que puede aparecer tras el nacimiento del bebé, y se manifiesta con una tristeza profunda, apatía, irritabilidad o ansiedad que dura más de dos semanas y afecta a la vida diaria. A diferencia del «baby blues» (un estado leve y pasajero), la depresión posparto puede dificultar el vínculo con el bebé y provocar una sensación constante de culpa, agotamiento o inutilidad.
Algunos signos frecuentes incluyen dificultad para dormir o comer, pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban, pensamientos negativos o una sensación de no ser capaz de cuidar bien al bebé. Si te sientes así, no estás sola, y es fundamental pedir ayuda profesional cuanto antes. Con el acompañamiento adecuado, la recuperación es posible y puede marcar una gran diferencia en tu bienestar y el de tu familia.
¿Cómo salir de la depresión post parto?
Salir de la depresión posparto requiere apoyo profesional, tiempo y comprensión. Es fundamental hablar con un psicólogo o médico, ya que con tratamiento adecuado (terapia, en algunos casos medicación) se puede mejorar significativamente. También ayuda rodearse de personas de confianza, descansar siempre que sea posible, cuidar la alimentación y no exigirse más de la cuenta. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un paso valiente hacia el bienestar propio y el del bebé.
¿Qué es la disforia postparto?
La disforia posparto es un estado emocional transitorio que aparece en los primeros días tras el parto, caracterizado por cambios bruscos de ánimo, llanto fácil, irritabilidad, tristeza sin motivo aparente y sensación de desbordamiento. Afecta a muchas mujeres (se estima que hasta un 70 %) y suele estar relacionada con los cambios hormonales, el cansancio extremo y la adaptación a la nueva etapa.
A diferencia de la depresión posparto, la disforia suele durar solo unos días (normalmente menos de dos semanas) y no interfiere de forma grave con el cuidado del bebé ni con la vida diaria. No requiere tratamiento médico, pero sí descanso, apoyo emocional y comprensión del entorno. Si los síntomas se prolongan o se intensifican, es importante consultar con un profesional para descartar una depresión posparto.
¿Qué alteraciones emocionales se producen en el puerperio?
Durante el puerperio (el periodo que sigue al parto y se extiende durante unas 6–8 semanas), es común experimentar alteraciones emocionales debido a los cambios hormonales, el cansancio, la falta de sueño, la nueva responsabilidad y el reajuste personal y familiar. Estas alteraciones pueden variar en intensidad y duración según cada mujer y su contexto.
Las más habituales son:
Labilidad emocional: cambios de humor repentinos, sensibilidad, llanto fácil.
Ansiedad: preocupaciones excesivas sobre el bebé, su salud o el propio rol como madre.
Irritabilidad o frustración: derivadas del cansancio, la falta de tiempo o el cambio en la rutina.
Sensación de soledad o aislamiento, especialmente si no se cuenta con una red de apoyo.
Baja autoestima o inseguridad, al enfrentarse a una etapa desconocida.
En algunos casos, pueden aparecer trastornos emocionales más serios, como la depresión posparto o, en situaciones poco frecuentes, la psicosis posparto.
Estas emociones son normales en cierta medida, pero si se mantienen en el tiempo o afectan al bienestar, es importante pedir ayuda profesional. El acompañamiento psicológico en esta etapa puede ser clave para una recuperación emocional saludable.