Varices vulvares: qué son, por qué aparecen y cómo tratarlas

Las varices son más conocidas cuando aparecen en las piernas, pero muchas mujeres se sorprenden al descubrir que también pueden aparecer en la zona íntima. Hablamos de las varices vulvares, un tema del que no siempre se habla abiertamente, pero que afecta a un número importante de mujeres, especialmente durante el embarazo.
Aunque pueden generar incomodidad y preocupación, es importante saber que existen formas de aliviarlas y tratarlas. En este artículo te contamos qué son, por qué aparecen, cómo reconocerlas y qué opciones existen para mejorar tu calidad de vida.
¿Qué son las varices vulvares?
Las varices vulvares son dilataciones anormales de las venas que se encuentran en la zona de la vulva. Al igual que en las piernas, se producen cuando las válvulas de las venas no funcionan correctamente y la sangre se acumula, provocando inflamación.
Diferencia entre varices vulvares y varices en las piernas
- Ubicación: en la vulva y no en extremidades.
- Desencadenantes: los cambios hormonales, el embarazo y el aumento de la presión abdominal tienen un papel mucho más marcado.
- Síntomas: además de dolor y pesadez, pueden generar molestias en la vida íntima y durante el ejercicio físico.
Cómo se ven y cómo identificarlas
Generalmente se presentan como venas abultadas, azuladas o moradas, que pueden sentirse blandas al tacto. Algunas mujeres las notan al mirarse en un espejo o al sentir pesadez y dolor en la zona vulvar, sobre todo tras permanecer mucho tiempo de pie.
Por qué aparecen las varices vulvares
No existe una única causa que explique la aparición de las varices vulvares, sino una combinación de factores que pueden coincidir en mayor o menor medida en cada mujer. Comprender estas causas ayuda a prevenirlas y a detectar cuándo conviene consultar con un especialista.
Embarazo y cambios hormonales
El embarazo es la situación más habitual en la que se desarrollan las varices vulvares. Durante esta etapa, el organismo de la mujer atraviesa transformaciones que favorecen la dilatación de las venas:
- Aumento del volumen sanguíneo: el cuerpo necesita más sangre para nutrir al bebé, lo que sobrecarga el sistema venoso.
- Compresión del útero sobre las venas pélvicas: a medida que el útero crece, ejerce presión sobre las venas de la pelvis, dificultando el retorno venoso.
- Acción de la progesterona: esta hormona, fundamental en el embarazo, relaja las paredes de los vasos sanguíneos, lo que favorece que se dilaten con mayor facilidad.
Aunque muchas veces desaparecen tras el parto, no siempre es así, y algunas mujeres pueden seguir presentándolas después.
Factores de riesgo: genética, sobrepeso y sedentarismo
La predisposición genética es uno de los factores más determinantes: si tienes familiares directos con varices, es más probable que también las desarrolles.
Otros factores que incrementan el riesgo son:
- Exceso de peso, ya que aumenta la presión en la zona pélvica y dificulta la circulación.
- Pasar muchas horas de pie o sentada, lo que genera estasis venosa (acumulación de sangre en las venas).
- Falta de actividad física, que impide que la musculatura actúe como “bomba” de retorno venoso.
Adoptar hábitos saludables, como mantener un peso adecuado y moverse con frecuencia, es clave en la prevención.
Influencia del deporte y el esfuerzo físico
El deporte en general es beneficioso, pero ciertas disciplinas que implican un gran aumento de la presión abdominal pueden favorecer la aparición de varices vulvares, sobre todo si ya existe predisposición genética o venosa.
Algunos ejemplos son:
- Halterofilia
- CrossFit
- Entrenamientos de alta intensidad con cargas elevadas
Estos ejercicios no tienen por qué estar prohibidos, pero sí conviene realizarlos con supervisión profesional, alternarlos con entrenamientos de bajo impacto y, en algunos casos, adaptar la rutina para proteger el suelo pélvico.
Síntomas más frecuentes
Molestias físicas
- Dolor o pesadez en la vulva.
- Sensación de presión o hinchazón.
- Picor o ardor.
- Empeoran al final del día o tras hacer ejercicio.
Impacto emocional e íntimo
Además del malestar físico, muchas mujeres sienten vergüenza o inseguridad al tener relaciones sexuales o simplemente al notar la apariencia de la zona. Es importante destacar que no estás sola y que existen soluciones.
Tratamientos disponibles para tratar las varices vulvares
El abordaje de las varices vulvares puede variar según la intensidad de los síntomas, la extensión de las venas afectadas y las necesidades de cada mujer. Existen distintas opciones, desde tratamientos médicos especializados hasta medidas conservadoras que ayudan a aliviar las molestias en el día a día.
1. Tratamientos médicos
Cuando las varices provocan dolor intenso, afectan a la calidad de vida o no mejoran con medidas conservadoras, el especialista puede recomendar un tratamiento médico específico. Entre los más habituales destacan:
- Escleroterapia: consiste en la inyección de una sustancia esclerosante dentro de la vena dilatada, que provoca su cierre y reabsorción progresiva. Es un procedimiento ambulatorio, poco invasivo y con buenos resultados en varices de tamaño moderado.
- Cirugía: indicada en casos graves o persistentes en los que otras técnicas no son eficaces. El objetivo es eliminar o ligar las venas dañadas para mejorar la circulación.
- Láser vascular: especialmente útil para venas más superficiales. El calor del láser actúa sobre la pared venosa y la sella, reduciendo su visibilidad y mejorando los síntomas.
2. Tratamientos conservadores y medidas naturales
Muchas mujeres pueden aliviar los síntomas y prevenir la progresión de las varices vulvares con cambios sencillos en sus rutinas diarias:
- Usar ropa interior cómoda y poco ajustada, evitando prendas que aumenten la presión en la zona.
- Evitar permanecer largos periodos de pie o sentada, procurando levantarse o cambiar de postura con frecuencia.
- Aplicar compresas frías en la zona afectada para reducir la inflamación y la sensación de pesadez.
- Mantener hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y la práctica regular de actividad física ligera.
3. Fisioterapia y ejercicio terapéutico
La fisioterapia de suelo pélvico es una herramienta muy valiosa en el tratamiento de las varices vulvares. A través de técnicas específicas y ejercicios adaptados, se busca mejorar la circulación sanguínea y disminuir la presión en la zona perineal.
Algunos ejercicios recomendados son:
- Hipopresivos: ayudan a reducir la presión abdominal y mejorar el retorno venoso.
- Movilidad pélvica: favorece la circulación y alivia la sensación de congestión.
- Trabajo postural y respiratorio: contribuye a disminuir la sobrecarga en el suelo pélvico.
El acompañamiento de un fisioterapeuta especializado garantiza que los ejercicios se realicen de forma segura y eficaz.
Ejercicios y hábitos que ayudan a prevenir y mejorar las varices vulvares
Ejercicio/Hábito | Beneficio |
Ejercicios hipopresivos | Mejoran la circulación y reducen la presión abdominal |
Caminar diariamente | Activa la bomba muscular de las piernas |
Duchas de agua fría | Favorecen el tono venoso y alivian molestias |
Evitar ropa ajustada | Reduce la compresión en la vulva |
Elevar piernas al descansar | Favorece el retorno venoso |
Varices vulvares en el embarazo: cuidados especiales
Durante el embarazo suelen mejorar espontáneamente tras el parto, pero mientras tanto:
- Usa ropa cómoda y transpirable.
- Descansa con las piernas elevadas.
- Aplica compresas frías si notas dolor.
- Consulta con tu fisioterapeuta de suelo pélvico para aprender ejercicios adaptados.
Preguntas frecuentes sobre las varices vulvares
¿Las varices vulvares desaparecen solas?
En muchos casos sí, sobre todo cuando están asociadas al embarazo. Tras el parto y con el paso de los meses, suelen reducirse o incluso desaparecer por completo. Sin embargo, no todas las mujeres experimentan esta evolución: en algunas, las varices vulvares persisten en el tiempo y pueden requerir valoración médica y tratamiento específico para aliviar los síntomas y mejorar la estética de la zona.
¿Pueden afectar a las relaciones sexuales?
Sí. Las varices vulvares pueden generar dolor, presión o una sensación de pesadez durante las relaciones sexuales, lo que puede derivar también en inseguridad o incomodidad emocional. La buena noticia es que existen tratamientos que permiten reducir estos síntomas y, en consecuencia, recuperar la confianza y disfrutar de la intimidad sin molestias.
¿Hacer deporte empeora las varices vulvares?
No necesariamente. La práctica deportiva no tiene por qué empeorarlas, pero algunos ejercicios que aumentan de forma significativa la presión en la zona pélvica (como levantar mucho peso o actividades de alto impacto) pueden favorecer la aparición de molestias. Por eso, lo más recomendable es adaptar el tipo de ejercicio y hacerlo siempre con supervisión profesional. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga pueden ser muy beneficiosas.
¿Pueden volver a salir después de un tratamiento?
Sí, existe la posibilidad. Igual que ocurre con las varices en las piernas, las varices vulvares pueden reaparecer tras un tiempo, incluso después de haber sido tratadas. Mantener hábitos saludables —como controlar el peso, evitar el sedentarismo y cuidar la circulación— es fundamental para reducir el riesgo de recurrencia.
¿Son peligrosas para la salud?
Por lo general, no son una afección grave. Suelen ser más un problema de incomodidad, dolor o estética. No obstante, en algunos casos poco frecuentes, pueden complicarse y dar lugar a trombosis. Por este motivo, es importante contar con un seguimiento médico que permita valorar la evolución y descartar riesgos.
¿Quién trata las varices vulvares?
Los especialistas de referencia son:
- El ginecólogo, que evalúa la situación general de la mujer y los cambios en la zona pélvica.
- El especialista vascular, que puede ofrecer opciones de tratamiento más específicas para la circulación.
- El fisioterapeuta de suelo pélvico, que ayuda a mejorar la función muscular y a aliviar la presión en la zona.
Un abordaje multidisciplinar suele ser la mejor opción para tratar el problema de forma integral.
Conclusión y mensaje positivo
Las varices vulvares son más comunes de lo que pensamos y, aunque pueden resultar molestas, existen muchas formas de aliviar los síntomas y tratarlas. Desde hábitos de autocuidado hasta fisioterapia y tratamientos médicos, siempre hay opciones disponibles.
Lo más importante es romper el tabú y consultar con profesionales especializados para no normalizar el dolor ni la incomodidad. Con el acompañamiento adecuado, podrás mejorar tu bienestar y recuperar la confianza en tu cuerpo.