Flora vaginal: cuidados para evitar infecciones vaginales

La flora vaginal o microbiota vaginal es el conjunto de bacterias que trabajan en pro de nuestra salud íntima. Dentro de las bacterias que componen la flora, destacamos a los Lactobacillus, responsables de ofrecer un pH ácido ideal a la vagina, favoreciendo así la protección contra patógenos. A lo largo de la vida de la mujer, la microbiota cambiará.
La concentración de estrógeno está directamente vinculada a la presencia de Lactobacillus. Durante la infancia, la falta de estrógeno resulta en una pared vaginal delgada y escasa secreción de fluidos, afectando la presencia de Lactobacillus y generando un pH vaginal alcalino. En la etapa fértil, la producción de estrógeno estimula fluidos y el grosor adecuado de las paredes vaginales, propiciando el crecimiento de Lactobacillus. No obstante, en la menopausia y postmenopausia, la carencia de estrógeno hace que la vagina sea más propensa a infecciones, con paredes delgadas, menor producción de fluidos y menos Lactobacillus, lo que favorece un pH alcalino y la entrada de patógenos.
Pero, independientemente de la etapa de la vida en la que nos encontremos, debemos cuidar nuestra microbiota vaginal (flora vaginal) . Para ello, es importante que seamos conscientes de algunos puntos que detallaremos a continuación:
- Alimentación: Sin duda, lo que comemos afectará directamente a nuestra microbiota intestinal y vaginal. Por lo tanto, es superimportante tener una dieta baja en azúcares refinados. Los azúcares son el peor enemigo de nuestra microbiota, ya que son «el alimento» de las bacterias «malas» de nuestro organismo. Un sobrecrescimiento bacteriano es la causa de problemas como la vaginosis bacteriana. Además de los azúcares refinados, evita el consumo de cualquier alimento procesado y opta por alimentos como:
- Yogur natural: Según un estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria, los probióticos, beneficiosos para la flora intestinal, podrían ser aliados de la mujer para nutrir la microbiota vaginal y ayudar a combatir las infecciones.
- Arándanos rojos: Diversos estudios han encontrado que algunos componentes de esta fruta permiten estimular el crecimiento de ciertos organismos que protegerían la vagina frente a determinadas infecciones.
- Soja: Algunas investigaciones muestran que, gracias a su aporte de fitoestrógenos, promueve la maduración de las células vaginales, siendo recomendable para la salud íntima, especialmente durante la menopausia.
- Ajo: Desde hace siglos en la medicina tradicional para curar heridas y tratar otros problemas, debido a sus propiedades antimicrobianas y antifúngicas. Por eso, puede ser recomendable incluirlo en tu dieta como un posible aliado frente a infecciones vaginales
2. Ejercicio Físico: El ejercicio, tanto moderado como intenso, afecta la comunidad de bacterias en nuestro intestino, lo cual influye en nuestra salud y rendimiento físico. El ejercicio moderado trae beneficios, como menos inflamación y mejor composición corporal, mientras que el ejercicio intenso puede tener efectos negativos en la barrera intestinal, dejándolo más permeable. No obstante, el ejercicio mejora la diversidad y reduce bacterias dañinas, generando ácidos grasos de cadena corta que benefician la inmunidad y la recuperación. Como podemos ver en este estudio que habla de la relación ejercicio físico ya la microbiota
3. Higiene Íntima:La manera de higienizar la zona íntima será determinante en el mantenimiento de la barrera protectora de la vagina.
Para empezar:
Después de ir al baño: Siempre limpiaremos de adelante hacia atrás, es decir, de la vagina hacia el ano. Nunca al contrario, ya que la zona anal alberga bacterias que perjudican la flora vaginal.
- Lavados vulvares: ¡La vagina no se lava! Lo que lavaremos será la vulva, y para ello usaremos los dedos, nada de esponjas. Utilizaremos siempre jabones específicos para la zona íntima, ya que no podemos usar el mismo jabón que usamos en el cuerpo, dado que el pH vaginal es diferente al pH del resto del cuerpo. Será importante elegir un jabón íntimo acorde con la etapa de la vida en la que nos encontramos, es decir, para una etapa fértil optemos por uno que presente un pH ácido, y si estamos en la menopausia, optemos por uno con un pH neutro.
- Ropa íntima: El uso de bragas de algodón nos ayuda en la transpiración, favoreciendo la zona
Pequeños cambios de hábitos nos ayudan en la prevención de infecciones vaginales. Toma nota de todos estos consejos y comienza a ponerlos en acción. Espero que os haya gustado, y ya sabéis que lo interesante para ti puede ser útil para otra mujer, así que comparte en tus redes y ayuda a difundir esta información.
En FisioFit Mujer te podemos ayudar a mejorar tu salud intima través de nuestros tratamientos especializados
Preguntas frecuentes sobre la flora vaginal y las infecciones vaginales
¿Cómo saber si tengo infección por hongos o por bacterias?
Distinguir entre una infección por hongos o por bacterias puede resultar difícil, ya que algunas molestias son similares. Sin embargo, hay diferencias clave: las infecciones bacterianas suelen provocar mal olor, flujo grisáceo o amarillento, y en algunos casos síntomas como enrojecimiento, fiebre o presencia de pus. Estas infecciones responden bien a los antibióticos, pero es importante no automedicarse, ya que un tratamiento incorrecto puede agravar la situación.
Por otro lado, las infecciones por hongos, como la candidiasis, se caracterizan por un picor intenso, enrojecimiento, ardor y flujo espeso y blanquecino, similar al requesón, pero sin mal olor. También pueden aparecer grietas o descamación en la piel. En estos casos, el tratamiento adecuado son los antifúngicos, en crema, óvulo o pastilla. Si tienes dudas, lo mejor es acudir al médico para recibir un diagnóstico correcto y evitar que los síntomas empeoren.
¿Cuáles son los síntomas de la flora cocoide?
La presencia de flora cocoide en una citología o cultivo ginecológico suele indicar un desequilibrio de la flora vaginal. No es una infección en sí misma, pero puede estar relacionada con una vaginosis bacteriana u otros cambios en el microbioma vaginal. Esta flora está formada por bacterias en forma de cocos (redondas), que sustituyen a los lactobacilos sanos cuando hay un desequilibrio.
Síntomas comunes asociados a la flora cocoide alterada
Flujo vaginal anormal: suele ser blanco-grisáceo o amarillento, más abundante y con textura líquida o espumosa.
Mal olor: característico a “pescado” o agrio, especialmente tras las relaciones sexuales.
Picor o escozor en la zona íntima, aunque no siempre aparece.
Irritación o enrojecimiento de la vulva o la entrada vaginal.
Sensación de humedad constante o molestias al orinar.
Algunas mujeres pueden estar asintomáticas, y solo se detecta en una revisión ginecológica.
¿Cómo saber si es candidiasis o vulvovaginitis?
La candidiasis es un tipo de vulvovaginitis causada por hongos, y se caracteriza por picor intenso, flujo blanco y grumoso sin mal olor, y enrojecimiento de la zona íntima. En cambio, otras vulvovaginitis, como las bacterianas, suelen presentar mal olor, flujo más líquido o grisáceo y menos picor. Si los síntomas no son claros o persisten, es fundamental acudir al ginecólogo para obtener un diagnóstico preciso y evitar tratamientos erróneos.
¿Qué es la dermatitis vulvar?
La dermatitis vulvar es una inflamación de la piel que rodea la vulva, es decir, la zona externa de los genitales femeninos. Se trata de una condición relativamente común que puede estar causada por el contacto con productos irritantes o alérgenos, el uso excesivo de productos de higiene íntima, la ropa ajustada, el sudor, o incluso el rascado repetido debido al picor.
Los síntomas más frecuentes incluyen enrojecimiento, picor, escozor, sequedad, descamación e incluso pequeñas grietas o heridas en la piel. A veces también puede haber sensación de ardor al orinar o durante las relaciones sexuales. Aunque suele ser benigna, la dermatitis vulvar puede afectar mucho a la calidad de vida, por lo que es importante identificar el desencadenante, evitarlo y, en algunos casos, aplicar tratamientos calmantes o antiinflamatorios recetados por un profesional. Una higiene suave, con productos sin perfume ni jabón, y ropa interior de algodón, suele ayudar a mejorar los síntomas.
¿Cómo saber si tengo hongos en mis partes íntimas?
Sospechar que tienes hongos en la zona íntima, especialmente candidiasis vulvovaginal, es posible si aparecen ciertos síntomas muy característicos. Aunque solo un profesional puede confirmarlo con seguridad, hay señales claras que te pueden orientar:
Síntomas comunes de infección por hongos íntimos (candidiasis)
Picor intenso en la vulva o la vagina, a veces con sensación de ardor.
Flujo blanco, espeso y grumoso, parecido al requesón, sin mal olor.
Enrojecimiento e inflamación en la zona genital.
Molestias al orinar o durante las relaciones sexuales (escozor o dolor).
Sensación de sequedad o tirantez en la piel de la vulva.